12 de junio de 2020

¿Quién y qué aprendió en la modalidad de educación a distancia por la pandemia?

Las circunstancias de la crisis sanitaria nos obliga a todos los que estamos directamente involucrados en la educación a desarrollar nuestras responsabilidades de una manera muy distinta -para la mayoría tal vez- a la que estábamos acostumbrados.

Estar en clase y no estar físicamente en la escuela, representó un cambio trascendental para los alumnos, sobre todo los de educación básica que habían estado poco o nada acostumbrados a incorporar las tecnologías de la comunicación en sus procesos de aprendizaje. Para ellos ha resultado muy extraño el hecho repentino de cortar con las relaciones socioafectivas con sus compañeros de clase, siendo muchos los que han manifestado que desean regresar a la escuela para encontrarse de nuevo con sus amigos.

Aún mas extraño, ha sido para los alumnos el -intentar al menos- realizar sus actividades de clase sin la presencia cercana de sus maestros para atender sus dudas e inquietudes; que a pesar de que, en muchos casos, tenían la atención en línea, definitivamente no es lo mismo. Igual de importante, carecían de ese apoyo tan necesario de sus pares, en ocasiones de manera tan natural, que posibilita el logro del aprendizaje de una manera más rápida y adecuada.

Los docentes aprendimos que no es lo mismo elaborar una planeación para una clase presencial, que una secuencia de actividades para que los alumnos las desarrollen en casa (Diseño instruccional) y, que éstas pueden ser igual o más eficientes que la grabación de una clase en video hecha por el propio maestro para transmitirla en tiempo real o diferida, lógicamente no se excluyen del Diseño instruccional los apoyos multimedia disponibles en la web. Aquí hay espacio para analizar también el proceso educativo a distancia basado en material imprimible que, aunque éste no fue recomendado para evitar que las familias que no disponen de lo necesario se vieran obligadas a salir de casa para buscar donde imprimir, conllevando el riesgo de contagio y ocupando recursos económicos que pudieran ser escasos y destinados a la alimentación. Un reconocimiento para los docentes que recurrieron a esta modalidad como última alternativa para que sus alumnos trabajaran, y entregaron esos materiales sin costo y a domicilio.

Muchos padres de familia conocieron por primera vez el estilo de trabajo escolar de sus hijos y, sobre todo sus carencias y dificultades, que en la “normalidad” anterior nunca pudieron conocer por distintas circunstancias. No es de sorprender, que hay padres que comunicaron a los maestros que el nivel de aprendizaje de sus hijos no era el suficiente para aprobar el ciclo que recién concluye. Otros manifestaron acumular estrés al estar acompañando a sus hijos en sus actividades en casa. También hubo ocasión para el reconocimiento a la labor del docente y, en otras, para el reclamo y el reproche.

Lo que no se puede poner en duda, es que todos los agentes involucrados hemos aprendido mucho, posiblemente sin tener conciencia de ello, sin ser exhaustivos podemos mencionar que:

  • La escuela es un espacio que nutre a los alumnos no solo de conocimientos, aquí encuentran en excelente espacio para la convivencia, que a pesar de que en ocasiones no se puede garantizar que sea sana y totalmente segura, cumple con un rol muy importante en el desarrollo de los estudiantes.
  • La labor de los docentes no puede ser reemplazada, ni siquiera por el mejor modelo de educación a distancia que pueda existir.
  • La responsabilidad el desarrollo del alumno en todos sus aspectos, no debe recaer totalmente en la escuela, si los padres de familia no cumplen con sus parte, los resultados no serán idóneos.
  • En este tiempo de trabajo, los alumnos adquirieron en menor o mayor medida, aprendizajes sustantivos para la vida.
  • Las guías con actividades para imprimir no pueden garantizar por sí solas, la construcción de conocimientos para el alumno, ni en el aula de clase y menos a distancia.
  • Es responsabilidad de todos, sistematizar esta experiencia educativa originada por la pandemia y encaminarla en beneficio de un nuevo modelo de trabajo, porque según se vislumbra, será imposible retornar y continuar de la misma forma en ninguno de los ámbitos de la vida cotidiana y, por ende, tampoco en la escuela.
  • Estamos ahora no ante un borrón y cuenta nueva, pero sí con la posibilidad de mejorar en aras de una educación de calidad.

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